La temperatura de color de la luz de nuestras linternas es tal y como te ha dicho nuestro compañero antiparanoico en el post nº 2. Normalmente cuando un fabricante no especifica este dato, es porque se trata de luz fría, entre 5700 y 6500 K.
3500 K y menos, es luz cálida.
4000 K es luz neutral-ligeramente cálida.
4500 a 5500 K es luz neutral
6000 K y más es luz fría.
Más o menos.
Una de las regulaciones que me permite mi cámara de fotos compacta es la del balance de blancos según la temperatura de color que yo escoja, y me da la posibilidad de escogerla en intervalos de 200 Kelvins. Es curioso que cuando en este menú voy variando los kelvins escogidos, a más kelvins, la pantalla de la cámara muestra una escena más cálida, y a menos kelvins la pantalla muestra una imagen más fría y azulada, justo al revés de lo que yo esperaría.
Estamos hablando, y entiendo que mi cámara compacta también, de kelvins, no de grados (ni centigrados, ni kelvins ni Farenheit, tal y como bien ha dicho el compañero Jesús). A la cámara le da igual la temperatura a que se calienta el cuerpo negro, yo creo que se refiere a temperatura de color, y la expresa en kelvins y no en grados.
Supongo que el dilema fotográfico que planteaba espertico y que me confirma mi cámara compacta hay que solucionarlo con sicología inversa -cámara es femenino singular-.
Si nosotros, fotógrafos y ojos expertos, queremos fotografiar una escena al atardecer, con el sol a punto de ponerse, tendremos una luz muy cálida, pongamos que nuestro ojo experto nos dice que la luz es de 3500 kelvins. Si seleccionamos en la cámara el balance de blancos automático la foto nos saldrá muy amarilla; nos vamos entonces a la regulación de nuestra cámara del balance de blancos manual en función de los kelvins y seleccionamos 3500 kelvins, y entonces la cámara "enfría" la imagen y la foto no nos queda quemada de amarillos y naranjas. Es decir, los kelvins que indica la cámara no indican el resultado final de la imagen a tomar, sino que indican la temperatura de color que nosotros le calculamos a la escena que vamos a fotografiar, con la finalidad de que podamos corregirla manualmente.
Digo yo.